Prevención y autocuidado

La promoción de comunidades educativas con entornos preventivos, saludables y seguros, permiten contar con sellos y sentidos que favorecen los aprendizajes significativos, afectivos y de salud de los estudiantes, y de todos quienes forman parte de la escuela o liceo.

Le enseñanza y aprendizaje del cuidado de la vida propia y la de los demás, instala y genera prácticas de autocuidado, con foco en velar por el bienestar común de estudiantes, docentes, administrativos, directivos, familias, asistentes y todos quienes componen una comunidad, potenciando factores que protegen ante situaciones de crisis a las que, potencialmente, puedan verse afectados.

En el último tiempo, el consumo de drogas y alcohol, el acoso cibernético, el suicidio adolescente, los contagios de VIH/SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual, entre otros, han convertido a la prevención y el autocuidado en una práctica esencial de protección para nuestra sociedad, esencialmente a nuestros jóvenes, y con ello, ha tomado particular relevancia abrir espacios de reflexión en el aula y fuera de ella, sobre situaciones reales y simuladas, que hagan a los estudiantes interrogarse a sí mismos sobre la mejor manera de actuar en situaciones de riesgos.

Cada establecimiento educacional debe conocer las realidades y contextos de los que provienen los estudiantes y adultos. Esto, sin duda, constituye un factor clave en el proceso de contención ante situaciones de riesgos en que puedan verse involucrados sus integrantes, ya que son los equipos directivos, y cuerpos docentes quienes cuentan con la capacidad para crear espacios lúdicos de acción pedagógica, sobre la base del respeto, la confianza y la solidaridad. Saber cómo actuar en estas circunstancias es parte de la buena gestión del establecimiento, e involucra a todos.

El desarrollo integral de los estudiantes en estas temáticas, permiten por una parte, informarlos para que puedan  tomar decisiones de manera asertiva respecto a la vida, y por otra, a desarrollar confianza y cercanía con adultos significativos y docentes para abordar estas temáticas- Así, se construyen comunidades educativas que tienen confianza y seguridad ante situaciones de violencia, estigmas y discriminación por hechos de connotación sexual o epidemiológica,  y también se avanza en la reducción o detención del crecimiento de las tasas de contagio de Infecciones de Transmisión Sexual, o Virus de Inmuno Deficiencia Humana, el suicidio adolescente, el consumo de drogas y alcohol, entre otras